Mito histórico de
Occidente, según el cual los pueblos
orientales vivirían en una suerte de limbo histórico, sin que sus sociedades hayan cambiado en lo más mínimo a lo largo de la
Historia.
Este mito se desarrolló debido a la falta de estudios sobre las sociedades orientales, las que tendieron a ser calificadas como
bárbaras,
paganas o infieles, y por lo tanto descartadas como inferiores. Este criterio
europeocéntrico empezó a ceder en el Siglo XVII, a medida que las exploraciones geográficas fueron revelando antecedentes cada vez más abundante sobre la historia y la evolución de las sociedades orientales. En la actualidad puede estimarse este mito como superado, en la tradición historiográfica occidental.